De aquí al Solsticio de Verano (21 de diciembre), las energías revueltas por el corredor de eclipses recién pasado seguirán exigiéndonos pies de plomo, desapego, y entrega compasiva a aceptar sin peros nuestra dolida y asustada fragilidad humana. Continúan hasta ese clímax tiempos -personales y colectivos- de exigente purificación. Por eso nos encontramos mañana y tarde, adentro y afuera, con densidades y distorsiones que requieren de nuestra luz transmutadora. Esa poderosa luz de la conciencia que da vuelta la tortilla, revelando que nada es como creíamos y que en el corazón todo puede volverse amor.
Una de las purificaciones decisivas -más todavía en el eje Tauro/Scorpio que vivimos- es la del segundo chakra, el de color naranja, al centro del abdomen, el del placer, la libertad emocional, la creatividad, la pasión por la vida.
De eso hablaré el próximo sábado 19 de noviembre en mi seminario EL PARAÍSO EN CUERPO ALMA: LA VOCACIÓN ERÓTICA EN LA CARTA ASTRAL. Los algoritmos astrológicos nos ayudarán a descifrar los desafíos de sanación de cada uno, los misteriosos caminos del deseo -qué y quién nos atrae irresistiblemente-, el fluir libre del divino encantamiento. Cuando despejamos los nublados ancestrales que ensombrecen la propia sexualidad, podemos vivir enamorándonos de nosotros mismos, de ti, de la vida haciéndose presente.
La fotografía que acompaña nos recuerda el Jardín del Edén, esa precuela de la Tierra Prometida, con su esplendorosa biodiversidad. Mirándola, sabemos bien que en esa cascada están bañándose, radiantemente desnudos, Adán y Eva. Símbolos de la mitad masculina y la mitad femenina del alma de todo ser humano, sea heterosexual, homosexual, o no binario. Porque es esa inocencia del primer jardín la que necesitamos recobrar, sanando con paciencia, depurando día a día, para que nuestro cuerpo/alma abra de nuevo las puertas del paraíso.